martes, 10 de enero de 2017

ASTRONOMÍA MAYA

Entre los pueblos mesoamericanos, la observación de los astros era de vital importancia para el desarrollo de la vida material y espiritual compartida por las demás sociedades de Mesoamérica, aunque posee ciertas características que la hacen única. Una de ellas, la más representativa, es el empleo del calendario de Cuenta Larga, por el que los mayas del período clásico pudieron hacer estimaciones de más largo plazo

Los Mayas, hicieron cálculos exactos, de los periodos sinódicos de MercurioVenusMarteJúpiter y Saturno. Calcularon con exactitud, los períodos de la Luna , el Sol y de estrellas como las Pléyades, a las que llamaban Tzab-ek (estrella cascabel) y marcaba los inicios de festividades rituales.
El Tzol'kin de 260 días es uno de los calendarios más enigmáticos en cuanto su origen, algunos postulan que se basa en una aproximación a la gestación humana.2 y otros autores lo relacionan con ciclos de astros visibles desde la tierra. También hay una hipótesis formulada por el geógrafo Vincent Malmstrom en la que su origen estuvo determinado por los ciclos del Sol por el cenit de la región sur del Estado Mexicano de Chiapas (Izapa) y de la nación de Guatemala a unos 15º norte, en donde los mismos días que ocurren (29 de abril el primero y 13 de agosto el segundo) tienen un intervalo de 260 días entre uno y otro.












La Vía Láctea era parte central de su Cosmología y la llamaban Wakah Chan, y la relacionaban con Xibalbá, incluso los Kiche' de Guatemala aún la llaman Xibalbá be o camino a el inframundo. Tenían un Zodiaco, basado en la Eclíptica, que es el paso del Sol a través de las constelaciones fijas. Este se encuentra en la Estela 10 de Tikal y la 1 de Xultún, ambos yacimientos la zona de Petén, en Guatemala y también en el Códice Grolier


Los conocimientos astronómicos mayas eran propios de la clase sacerdotal pero el pueblo todo los respetaba y conducía su vida de acuerdo a sus predicciones, conocían los movimientos de los cuerpos celestes y eran capaces de aproximarse a la predicción de los eclipses y el curso del planeta Venus visto desde la tierra. Esto les daba un especial poder sobre el pueblo que los consideraba así íntimamente ligados a las deidades.

Los mayas disponían de unos conocimientos astronómicos muy avanzados para su tiempo. Los arqueólogos afirman que llegaron a ellos mediante observaciones milenarias. Pero al hacerlo parecen olvidar que el espacio geográfico y climatológico en que vivían los mayas no permitía la observación del cielo de una forma lo suficientemente precisa  









Redactado por Camacho Lopez Oscar 
Fuentes: 
https://es.wikipedia.org/wiki/Astronom%C3%ADa_maya
https://www.google.com.mx/search?q=llamaban+Wakah+Chan,+y+la+relacionan+con+Xibalb%C3%A1,+incluso+los+Kiche%27&espv=2&biw=1440&bih=745&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwiOg6DM_rjRAhWIj1QKHeKOAKkQ_AUIBigB#tbm=isch&q=xibalba&imgrc=mvXzyxBUofjZkM%3A
http://www.lallavealmisterio.com/2016/03/astronomia-de-los-mayas.html






olmeca

 Los olmecas, forjadores de la primera cultura que se formó en Mesoamérica entre los años 800 y 1200 antes de Cristo, ya conocían y utilizaban el sistema calendárico mesoamericano, como lo muestra la alineación de la Gran Pirámide de la ciudad de La Venta, en Tabasco.
Durante más de 20 años de investigación, el arqueoastrónomo ha comprobado con mediciones matemáticas que la mayoría de las grandes estructuras arquitectónicas de Mesoamérica no corresponden a eventos astronómicos como solsticios o equinoccios.

“Mientras otras culturas antiguas se rigieron por solsticios y equinoccios, en Mesoamérica lo fundamental fue la cuenta del tiempo, y sus fechas importantes indican la división del año solar en proporciones expresables por medio de los números que definen el calendario prehispánico”, dijo Galindo en su ponencia, presentada en el auditorio Paris Pismis del Instituto de Astronomía (IA).


En esa antigua ciudad sus pobladores desarrollaron la práctica de alineación solar para guiar la ubicación de edificios rituales y avenidas principales.

Su arquitectura tiene plataformas de distintos tamaños, alineados de norte a sur sobre un eje, que en conjunto conforman espacios públicos. En esa ciudad, se erigió la más antigua pirámide mesoamericana, de 34 metros de altura, cuya forma cónica ha sido interpretada por algunos estudiosos como la reproducción de un volcán.


“La pirámide principal se alinea a la salida solar el 9 de abril y el 2 de septiembre. Esas fechas son equidistantes del día del solsticio por 73 días. Se trata de dos fechas que dividen el año solar en dos”, explicó Jesús Galindo.




Redactado por Camacho Lopez Oscar 
Fuentes: 
http://ciudadania-express.com/2009/08/05/los-olmecas-alinearon-calendario-y-piramides-con-el-sol/
https://es.wikipedia.org/wiki/Equinoccio
https://es.wikipedia.org/wiki/Solsticio
https://es.wikipedia.org/wiki/La_Venta

Nuevo tipo de galaxia descubierto


"Cuando descubrimos algo único o extraño, nuestras teorías y asunciones actuales sobre cómo funciona el universo se ven desafiadas". Así lo afirmó Patrick Treuthardt, astrofísico del Museo de Carolina del Norte de Ciencias Naturales (EE.UU.) y uno de los descubridores de un nuevo tipo de galaxia cuyo núcleo está rodeado por dos anillos y no por uno, como suelen tener las de Hoag. "Esto frecuentemente nos alerta de que aún tenemos mucho que aprender", reflexionó. 


Pese a su rareza, los científicos entienden que tiene una gran similitud con las galaxias tipo Hoag, clase a la que pertenece "menos del 0,1 % de todas las galaxias observadas", explicó Burcin Mutlu-Pakdil, investigadora del Instituto de Astrofísica de la Universidad de Minnesota.
El Objeto de Hoag, con su núcleo rodeado de estrellas jóvenes y azules.
La nueva galaxia, descrita por primera vez en un artículo publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, es una rareza. Es lo que se conoce como objeto de Hoag y parece un centro luminoso rodeado por un anillo exterior sin nada que los una en medio. El nombre se debe al astrónomo estadounidense Arthur Hoag, que en 1950 descubrió una galaxia con esta peculiar distribución.
Solo una de cada mil galaxias observadas tiene esta forma. PGC 1000714, o la Galaxia de Burcin, como la llaman sus autores en honor a Burcin Mutlu-Pakdil, la joven estudiante turca de la Universidad de Minnesota que ha liderado el estudio, solo se puede observar desde el hemisferio sur. Desde allí, con el telescopio du Pont del observatorio de Las Campanas, en Chile, se tomaron las imágenes que sirvieron para identificar la naturaleza del objeto.
Los astrónomos observaron que la galaxia tenía un anillo exterior, azul y joven, al menos en términos cósmicos, de 130 millones de años. El corazón de PGC 1000714, en el interior, era mucho más antiguo, con 5.500 millones de años, mil millones más que nuestro Sistema Solar. Lo que sorprendió más a los investigadores fue un segundo anillo, más oscuro, antiguo y cercano al centro galáctico.

Su descubrimiento

Las observaciones de los astrofísicos les permitieron detectar, primero, un anillo azul, más joven. Dentro de él, el núcleo rojo. No obstante, había algo más. Por eso, filtraron la luz procedente del núcleo y así hallaron un nuevo anillo rojo, más antiguo y distante del azul.
"Los diferentes colores de los anillos interno y externo sugieren que esta galaxia sufrió dos períodos de formación estelar diferentes", detalló Mutlu-Pakdil. Más allá de esta explicación, para los investigadores aún es imposible determinar cómo se formaron ambos anillos, por lo que para determinarlo deberán buscar y hallar otras galaxias iguales.

Mientras, especulan que el anillo externo surgió a partir de la incorporación de gas procedente de una galaxia enana cercana; aunque para el anillo interior todavía no tienen ninguna hipótesis.

Información recopilada por Jesús Ángel Pérez Contreras
Fuentes

lunes, 9 de enero de 2017

Predicen el nacimiento de una nueva estrella en 2022


Supernova
El intrincado baile de dos astros muy cercanos entre sí, en la constelación del Cisne, está siendo observado con detalle desde hace años. Ahora los astrónomos que lo siguen se atreven a fijar una fecha para la fusión, un violento acontecimiento que aseguran que dará lugar a otra estrella que será fácilmente visible en el cielo nocturno en 2022. Esta se añadirá a la parte horizontal de la popular Cruz del Norte en esa constelación.
El profesor Larry Molnar de la Universidad Calvin, junto a sus estudiantes y otros colegas (Karen Kinemuchi, del Observatorio de Apache Point; y Henry Kobulnicky, de la Universidad de Wyoming) han vaticinado un importante cambio en el cielo nocturno que será visible a simple vista. El pasado 6 de enero, Molnar impartió una conferencia en la que explicó cómo llegó a esta conclusión a lo largo del año 2015.

"Hay una posibilidad entre un millón para predecir una explosión", dijo Molnar.

La predicción de Molnar es que las componentes de una estrella binaria se acabarán fusionando y explotando como una supernova en el año 2022. En ese instante, la estrella aumentará su brillo diez mil veces lo que la convertirá durante un tiempo en una de las estrellas más brillante del cielo (magnitud 2). La estrella será visible en la constelación del Cisne y provocará un cambio de apariencia en el conocido grupo de estrellas.
Constelación del cisne

Una pregunta que conduce a la exploración.

Molnar comenzó a explorar la estrella  conocida como KIC 9832227 en el año 2013. Ese año, la astrónoma Karen Kinemuchi presentó su estudio de los cambios de brillo de la estrella, que concluyó con una pregunta: ¿Es pulsante o es binaria? Entonces, el asistente de investigación de Molnar, Daniel Van Noord, se tomó la pregunta como un desafío personal e hizo observaciones de la estrella.

Geometría de una Binaria. Crédito Molnar
El análisis de los datos llevó a la conclusión de que se trataba de una estrella binaria de contacto, es decir de dos astros que están tan juntos que comparten una atmósfera común. A partir de ahí, se determinó el periodo orbital gracias a la información aportada por el telescopio Kepler y se llegó a la asombrosa conclusión de que el periodo es de menos de 11 horas, periodo ligeramente menor al mostrado por datos anteriores.

Este resultado recordó a un trabajo previo publicado por el astrónomo Romuald Tylenda que había estudiado a otra estrella, conocida como V1309 Scorpii, en la que había analizado su comportamiento antes de que explotara inesperadamente en el 2008 produciendo una nova roja. Esta estrella, también binaria de contacto, mostró un comportamiento similar antes de la deflagración, reduciendo aceleradamente su periodo orbital.

Redactado por Jesús Ángel Pérez Contreras 
Fuentes: